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El gato

Sainete nuevo para seis personas

 

Juan Ignacio González del Castillo

 

 

 

 

 

[2]

PERSONAJES

 

NICOLÁS, sastre.

MARÍA, amiga de.

PABLO, compadre de Nicolás.

CURRILLO, hijo de Nicolás.

RITA, mujer de Nicolás.

ATANASIO, zapatero.

 

 

Casa pobre: una silla baja con espuerta de costura, otras varias sillas de paja. Sale NICOLÁS con capote y montera pobre, y detrás RITA.

 

RITA ¿Adónde va usted, señor,

tan de priesa?

NICOLÁS No me tardo,

porque voy aquí a la vuelta,

y después hacia esta mano,

como quien va en derechura... 5

en fin pronto vuelvo.

RITA ¿Cuándo?

¿te parece que ese es modo

de cumplir, picaronazo,

con tu obligación?

NICOLÁS Mujer,

¿qué dices? ¿pues en qué falto? 10

RITA ¿En qué faltas? ¡ciertamente

que está muy bueno el descaro!

no han dado las once, y ya

sueltas la aguja, echas mano

a la monterilla, y vas... 15

¿quién lo sabe? a picos pardos

con algunas pelanduscas,

o a gastar los pocos cuartos

que ganas, en la taberna,

y más que se lleve el diablo 20

a tu mujer y a tus hijos.

Mira, Nicolás, que aguanto

porque soy mujer de bien;

pero el día que a los cascos

se me suba el berrenchín, 25

he de hacer una... cuidado,

que las mujeres podemos

a cada instante vengarnos.

NICOLÁS Vaya, mujer, que tu genio

es capaz de hacer a un santo 30

darse contra las paredes:

si no voy más de aquí abajo,

por dos adarmes de seda

para el fraquetón de paño.

RITA Pues yo no quiero que salgas: 35

larga el capotón volando,

y remata los calzones

del señor Don Laureano

Molinete.

 

(Tira montera y capotón al suelo.)

 

NICOLÁS Hasta mal haya

el día en que me casaron: 40

¡que no me hubiera mordido

un perro rabioso cuando

entré a tomarme los dichos!

 

(Se sienta a trabajar.)

 

RITA Echa, infame, echa más sapos

y culebras; la infeliz 45

fui yo, que le di la mano

a un borracho, a un holgazán,

y desprecié un mayorazgo,

que tenía diez olivos

y una casa con dos patios 50

en Lebrija. ¡Qué locura!

venir a pasar trabajos,

cuando pudiera rodar

coche.

NICOLÁS Si quieres carro,

el capataz es mi amigo, 55

verás cómo te lo planto

a la puerta, y en dos horas

visitas a todo el barrio.

RITA Eres un jumento...

yo me voy, porque si agarro 60

un demonio, te he de abrir

la cabeza en dos pedazos. (Vase.)

NICOLÁS Esta no es mujer, que es sierpe.

¡que me hubiera yo casado!

los primeros ocho meses, 65

vaya, parecía el majo

de mi mujer; pero luego [3]

que arrojó al mundo un muchacho

que me ensuciara, empecé

a encorvar el espinazo; 70

se acabó la guerindola

almidonada, el zapato

pespunteado, y quedé

un almacén de guiñapos.

¡Ay qué vida! Nicolás, 75

si no fuera por los tragos

que te tiras, a estas horas

ya te hubieran enterrado.

 

(Sale PABLO con gorro, chupa larga, sombrero gacho y capa.)

 

PABLO Compadre, ¿no sabe usted

la noticia que me ha dado 80

un sujeto inteligente?

NICOLÁS Nada sé, compadre Pablo.

PABLO Pues, compadre, este sujeto

me dijo, que habían llegado

dos botas de vino añejo 85

a la tienda de ahí abajo,

que puede beberlo un Rey.

NICOLÁS Vaya, deme usted un abrazo:

en dando las doce iremos

los dos a paladearlo. 90

PABLO ¿A las doce? y yo creí

que bajase usted volando

la escalera: ¡vaya, vaya,

que tiene usted lindo cuajo!

NICOLÁS Por una hora más o menos... 95

PABLO Yo soy pronto en estos casos:

cuando estaba mi mujer

(que Dios haya) agonizando,

salí con una receta

como a las once y tres cuartos 100

de la mañana, y a poco,

como unos cuarenta pasos,

encontré a Miguel Perales,

que venía en su caballo

de la Isla: ¡a Dios Miguel! 105

Dios guarde a usted, señor Pablo:

¿qué hay de nuevo por la Isla?

que en la tienda del Naranjo

hay un vino para hombre

de gusto: pasó de largo, 110

y yo tomé las dos leguas

hasta la Isla, pian, piano:

compadre, ¡si viera usted

qué néctar! hasta las cuatro

me tiré cuarenta medias, 115

y a no ser por el cuidado

de mi mujer, hago noche

en la taberna: mas cuando

volví a Cádiz, la encontré

amortajada. ¡Qué paso 120

tan doloroso! Ojalá

no hubiera vuelto en un año,

pues a lo menos hubiera

pasado el dolor a tragos.

NICOLÁS Compadre, ¿qué feliz fue 125

en haber así enviudado?

usted trabaja si quiere,

bebe, pasea, hace cuanto

le da la gana, sin que

nadie le cuente los pasos; 130

pero yo pobre de mí,

tengo una mujer al lado

que no me deja siquiera

respirar.

PABLO Usted es muy blando,

compadrito: mi mujer 135

(téngala Dios en descanso)

era lo mismo que un tigre;

pero yo con mis halagos,

mi prudencia y mi dulzura,

y una vara de a dos cuartos, 140

en poco tiempo logré

que no moviera los labios.

NICOLÁS Amigo, bien se conoce

que no tuvo usted un cuñado,

que por cualquiera friolera 145

quisiese desafiarlo.

PABLO Es verdad: pero hay mil modos

de manejarse: Atanasio

es de los nuestros, le gusta

como es regular un trago 150

de buen vino, con que todo

se reduce a convidarlo

y por dos o tres chiquitas

será siempre su abogado.

NICOLÁS Dice usted bien: y aun por eso 155

cuando me ha visto borracho

se ha encolerizado más.

PABLO ¡Pues! la envidia: si yo calo

a las gentes; los que tienen

un olfato delicado 160 [4]

no se pueden contener.

¿Qué hacemos, compadre, vamos

a probar aquella bota?

NICOLÁS Escurrámonos volando,

antes que Rita nos sienta. 165

 

(Toma la montera y capotón.)

 

(Sale RITA.)

 

RITA ¿Adónde te vas?

NICOLÁS No tardo tres minutos.

PABLO Comadrita,

usted no tenga cuidado,

que va conmigo.

RITA Primero

es atender al trabajo,

que salir a emborracharse. 170

PABLO Comadre, ¿qué está usted hablando?

¡válgame Dios! ¿tengo cara

de bebedor? tomo un trago,

cuando se ofrece un bautismo,

o si voy a algún fandango, 175

si me llevan a una boda,

un entierro, o cuando salgo

con la demanda, y no más;

fuera de esto, ni probarlo.

RITA ¿Pero dónde van ustedes? 180

PABLO Mire usted, comadre, vamos

a tener a una señora

casada que está de parto,

y como he dado palabra...

RITA Pues vaya usted solo.

NICOLÁS Abajo 185

lo espero a usted... (Vase.)

RITA Mira, infame...

PABLO Déjelo usted con mil santos.

RITA Usted es un alcahuete.

PABLO Vaya,

que la ha cogido a usted el diablo

por ahí...

RITA Vejete loco. 190

PABLO Usted una... pero callo,

porque si no... usted agradezca

que está esa mujer de parto. (Vase.)

RITA ¡Qué pícaro! ya no puedo

sufrir la vida que paso. 195

 

(Sale MARÍA.)

 

MARÍA Tenga usted muy buenos días,

vecinita.

RITA ¡Qué milagro!

¿usted en mi casa?

MARÍA Oí voces,

y como me sobresalto

de nada, vine a saber... 200

RITA No es cosa de cuidado:

me enfadé con mi marido,

y alcé la voz.

MARÍA Me hago cargo:

¡ay, qué martirio es luchar

con un vicioso!

RITA No hay clavo 205

más agudo, que un marido

mala cabeza.

MARÍA ¡Qué ratos

pasará usted, pobrecita!

vaya, merecen mil palos

esas mujeres chismosas 210

que emboban a los casados.

RITA ¿Qué dice usted? ¿Nicolás,

también anda en malos pasos?

MARÍA ¿Lo ignoraba usted? ¡Jesús!

me pesa de haber hablado 215

sin reserva: ¡Dios me libre!

por mi causa, ni pensarlo,

no quiero que se indispongan

los matrimonios. ¡Qué cargo

de conciencia! si su esposo 220

es jugador, si es borracho,

si mantiene una manceba,

y hace otras cosas que callo,

allá se las haya: usted

no lo sabrá por mis labios. 225

¡Jesús, no quiero infernarme!

RITA Eso es hacerme un agravio:

siendo usted mi amiga, debe

advertirme todo cuanto

me perjudique.

MARÍA ¿Y que luego 230

digan que yo he sido el diablo,

que ha sembrado la cizaña

entre ustedes? no, no trato

de tener que confesarme

culpas ajenas. ¿Qué gano 235

con decirla a usted, que ayer

lo encontraron merendando

en no sé qué ventorrillo

con una moza del barrio?

No señora, yo no quiero 240

andar en chismes: yo gasto

mucha prudencia. ¡Caramba! [5]

matrimonios: guarda Pablo.

Rabian, patean, se arañan,

se ponen como unos trapos; 245

pero luego hacen las paces,

y carga todo el nublado,

sobre el que habló, y el que dijo.

¡Dios me libre! ni pensarlo.

RITA No es menester que me diga 250

las gracias de ese villano,

que bien lo conozco: ¡infame!

vive el cielo...

 

(Sale CURRILLO a caballo en una caña, corriendo con el bulto colgando.)

 

CURRILLO Arre, caballo.

RITA Oyes, pícaro, ¿no miras

que hay gente?

CURRILLO Si estoy domando 255

este potro.

RITA Ven acá.

CURRILLO ¿Qué quiere usted?

RITA Di, pillastro,

¿adónde está la cartilla?

CURRILLO Si me la rompió un muchacho.

RITA No sé cómo no te ahogo: 260

habrá lo menos tres años

que está en el Jesús: maldito,

¿cuándo aprendes?

 

(Le da un pellizco.)

 

CURRILLO Ay mi brazo... (Llora.)

RITA Miren qué cara de dogo

pone cuando llora: el diablo 265

es contigo un narcisito:

marcha de aquí. (Le amenaza.)

CURRILLO Ya me marcho,

no me pegue usted. (Vase llorando.)

RITA En lo feo,

y en lo maula, es un retrato

de su padre.

 

(Sale ATANASIO.)

 

ATANASIO Buenos días. 270

RITA Esto ya es vivir rabiando. (Llora.)

MARÍA Pobrecita.

ATANASIO ¿Qué hay de nuevo?

RITA Que tu bendito cuñado,

no piensa más que en beber

y enamorar: ¡bribonazo! 275

ATANASIO ¿Pero para qué es matarse?

¿acaso hay más que plantarlo

en medio de la corriente

con el lío de sus trapos?

MARÍA Ese es el mejor remedio: 280

¡Jesús! si hubiera yo dado

con un hombre de esa clase,

ya no estuviera a mi lado:

¡pícaros! que los tolere

la que los parió.

RITA Yo aguanto, 285

porque no tengo a mi madre.

ATANASIO ¿No tienes aquí a tu hermano?

¿pues para qué es afligirse?

mientras yo cosa zapatos,

no te puede a ti faltar 290

que comer.

MARÍA San Cayetano,

es un Santo milagroso:

fuera de eso, a cada paso

se hallan en Cádiz señores

tan buenos y tan humanos, 295

que por devoción socorren

uno o dos, o muchos años,

a mujeres desvalidas,

que están sin algún amparo.

ATANASIO Si me crees, mandarlo pronto 300

a escardar lana.

MARÍA Tratamos

sólo de su bien de usted.

RITA Pues en viniendo, le planto

en la del Rey.

ATANASIO ¿Dónde está

su ropa?

RITA Sus pocos trapos 305

los tiene en una talega. (Vase.)

ATANASIO Pues ve al instante a sacarlos.

MARÍA Eso es lo mejor. Más vale

ir pobremente pasando

con sus puntadas, que estar 310

lidiando con un borracho.

ATANASIO Ya se ve, ¡toma! si en Cádiz

es la aguja un mayorazgo;

y si no que se examinen

las que viven en el barrio, 315

y si la mitad no son

costureras, pierdo un brazo.

 

(Sale RITA.)

 

RITA Aquí están los jarambeles [6]

de mi esposo.

MARÍA Con tío Pablo

viene aquí.

 

(Sale NICOLÁS y PABLO con una botella debajo de la capa.)

 

NICOLÁS Mujer, ¿qué haces 320

con mi ropa?

RITA Te la saco

para que cargues con ella,

y te vayas con mil diablos,

adonde jamás te vea.

NICOLÁS Pero ¿qué motivo he dado 325

para echarme de esta suerte?

RITA ¿Qué motivo, bribonazo?

el ser un hombre perdido,

un holgazán, un villano

mal entretenido. Presto, 330

carga con esos jarapos,

y vete con la chispona

a cortejar.

NICOLÁS ¿Cómo, o cuándo?

¡Válgame Dios, qué calumnia!

RITA Tunante, ¿quieres negarlo? 335

¿conque no vienes ahora

de casa de Juana Ganchos?

NICOLÁS Es mentira. Que lo diga

mi compadre.

PABLO Ese es un falso

testimonio. Mi compadre 340

viene de beber un trago,

y eso no es ningún delito,

porque hoy se ven en los bancos

de las tabernas, Marqueses,

Vizcondes y Mayorazgos; 345

y yo conocí a un señor

muy decente, que en el claro

de dos pipas se ponía

el peluquero a peinarlo.

RITA ¿Qué también usted lo tapa? 350

ATANASIO Pues si su compadre Pablo

lo alcahuetea.

PABLO ¿Quién, yo?

¡alcahuete un hombre blanco!

RITA Que se admira, si los hay

con casaca, y empolvados. 355

PABLO No serán hombres, serán

figuras de tres al cuarto.

Yo alcahuete, pues es cierto

que le servía a buen amo.

RITA Dejemos conversaciones, 360

y cargue usted con sus trapos.

NICOLÁS Pero es posible mujer...

ATANASIO Si no te marchas, te arrastro,

y aljofifo con tu cuerpo

los ladrillos.

PABLO Atanasio, 365

¿conque cuando yo venía (Saca botella y vasos.)

a que tomases un trago

de mi pipa, ahora te extremas?

ATANASIO ¿Yo podía adivinarlo?

¿qué tal es?

PABLO Si yo en mi vida 370

he bebido vino malo:

vaya una uvita.

 

(Le echa y ATANASIO bebe.)

 

RITA Por cierto

que tengo yo un buen hermano.

ATANASIO ¡Qué buena boca!

PABLO Es un néctar:

yo no tengo por pecado 375

emborracharse con él.

NICOLÁS Que quiero paladearlo.

PABLO Dos deditos.

RITA Ya no sufro

tales infamias.

MARÍA ¡Buen chasco!

RITA A emborracharse a otra parte: 380

hijito mío, volando,

échate el ajuar a cuestas.

ATANASIO Rita, ya esto se ha acabado:

vayan pelillos al mar,

y dense al punto un abrazo. 385

RITA Primero me tiraría

por la muralla.

PABLO Despacio,

que esto se ha de componer.

NICOLÁS Yo te juro no dar paso

sin tu licencia.

RITA No quiero, 390

ya lo he dicho, y ni los diablos

me convencerán: vete,

o yo soy la que me marcho.

PABLO ¿Es posible, comadrita?

ATANASIO Que duros tienes los cascos. 395

NICOLÁS Déjala, pues ella quiere [7]

separación, ya me najo;

pero mira, puede ser

que me eches menos. (Llorando.)

ATANASIO Ea, vamos,

coge tu ropa, y no llores 400

por esa loca.

PABLO Atanasio,

arrópese usted, que el tiempo

está fresco. (Le da el vaso.)

RITA ¡Qué borrachos!

vamos, Nicolás, acaba

de marcharte.

NICOLÁS Ya este trato 405

pasa de raya. Indinota,

permita el cielo que un rayo

me parta cuando yo pise

tus umbrales: venga el saco.

Ya esto se acabó: compadre, 410

sígame usted.

ATANASIO Yo no largo

a los amigos.

PABLO Derechos

a la taberna, muchachos.

 

(Hacen que se van, y vuelven.)

 

NICOLÁS Esperarse. Rita, dame

al momento el relicario 415

que te regalé la Pascua.

RITA Pero si ya me lo has dado.

NICOLÁS No quiero, infame, que tengas

prenda mía.

MARÍA ¡Qué villano!

RITA Hijo mío, dices bien: 420

toma, y márchate volando.

NICOLÁS Vamos, compadre.

PABLO A beber,

porque me va dando flato.

 

(Hacen que se van.)

 

NICOLÁS Escucha, venga mi hijo.

RITA Me libras de un espantajo: 425

¿dónde estás, cara de cielo?

¿Currillo?

 

(Sale CURRILLO.)

 

CURRILLO ¿Quién me ha llamado?

RITA Niño, vete con tu padre.

NICOLÁS Prontito, dame la mano:

vamos de aquí.

PABLO Comadre, 430

¿es posible que mi ahijado

no le tire a usted?

RITA Ni esto.

PABLO Vaya, si es usted de mármol;

¿aborrecer a su hijo?

si fuera de contrabando, 435

lo debiera usted querer.

ATANASIO Véngase usted, señor Pablo.

NICOLÁS Lo mejor se me olvidaba:

mira, Rita, dame el Gato.

RITA ¿El Gatito? no, primero 440

carga con todos los trastos;

si me estoy mirando en él.

NICOLÁS Y más que te estés mirando,

yo lo traje; por más señas

que me dio cuatro arañazos. 445

RITA ¿Y qué importa? para eso

me he desvelado en criarlo.

NICOLÁS El Gato es mío, y sin él

no me muevo.

RITA Un rejonazo.

PABLO Comadrita, mire usted 450

que está el Gato vinculado.

ATANASIO Venga el animal prontito.

MARÍA Désele usted con mil santos.

RITA Si eso es arrancarme un ala

del corazón.

NICOLÁS Venga el Gato. 455

PABLO Vaya, saque usted ese micho.

MARÍA Resolución.

RITA Bribonazo,

por no verte en mi presencia

un instante, me deshago

de la cosa que más quiero. (Entra.) 460

PABLO Bien se conoce que el Gato

no es hijo de usted, compadre:

vaya, que estoy admirado:

sobre que el ser animal

es hoy día un mayorazgo. 465

NICOLÁS Puede ser que ella se acuerde.

ATANASIO Aunque arroje los livianos

de pena, no te ablandes.

NICOLÁS ¿Yo ablandarme? ¡canastos!

donde yo fuere ha de ir 470

el Gatito.

PABLO De ermitaño

se quedara en la taberna.

 

(Sale RITA con el gato.) [8]

 

RITA Mono mío, dulce encanto,

¿cómo viviré sin ti?

NICOLÁS Venga mi alhaja volando. 475

RITA Déjame darle mil besos.

 

(Lo besa, y se lo da a NICOLÁS.)

 

NICOLÁS Compadre, a usted se lo encargo.

PABLO Bien, yo cuidaré de micho.

RITA ¡Ay mi Gatito! ¡Qué trago

de amargura! Yo me muerdo, 480

yo he perdido mi descanso,

mi consuelo, mi delicia.

¡Ay qué dolor! (Se tira en una silla.)

NICOLÁS Rita, hagamos

las paces, y te lo vuelvo.

PABLO Comadrita, ¿suelto el Gato? 485

RITA No lo suelte usted, no quiero

vivir con este borracho;

mas quiero morir de pena.

¡Infeliz de mí, que ratos

sin mi Gatito me esperan! 490

NICOLÁS Límpiate los ojos, vamos,

yo me enmendaré, Ritita.

PABLO Comadrita, ¿suelto el Gato?

RITA No señor: es un perdido,

un bribón, un perdulario, 495

y le aborrezco de muerte.

NICOLÁS Vámonos, compadre Pablo,

que esto no puede sufrirse.

RITA Espérate; ¿mas qué hago?

¿yo no sé lo que me digo? 500

¡Ay triste, que me desmayo!

¡que me vuelvo loca!

NICOLÁS Niña,

los enojos se acabaron:

vaya, ¿largo la talega?

PABLO Comadrita, ¿suelto el Gato? 505

RITA Suéltelo usted, que no puedo

resistir.

NICOLÁS Dame un abrazo.

RITA No, primero es mi Gatito:

ven, bien mío; mi regalo,

ven con tu ama: ¡ay qué mono! 510

PABLO Tenga usted mucho conato

con ese animal, compadre;

pues mientras que viva el Gato,

no le faltará padrino.

RITA Pero, Nicolás, cuidado 515

que te enmiendes.

NICOLÁS Yo prometo

atender a mi trabajo.

MARÍA ¿Qué tonta es usted, vecina?

RITA Y usted hace oficio de diablo,

pues procura indisponer 520

los matrimonios: volando,

váyase usted de mi casa.

MARÍA Bien temía yo este pago;

por fin, gente sin crianza. (Vase.)

RITA Déjeme, que de un sopapo 525

le quite los moños.

NICOLÁS Tente,

Rita mía, no hagas caso

de chismosas.

ATANASIO Tío Pablito,

¿qué hacemos nosotros?

PABLO Vamos

a la tienda del Cañón, 530

haremos la salva entrambos,

pidiendo primero a todos:

TODOS Perdón de defectos tantos.

 

FIN